Alejandro Juan Antonio Volta

Alejandro Juan Antonio Volta nace en 1745,
en la ciudad de Como, Italia, era el séptimo hijo de
Felipe Volta y de la condesa María Magdalena Inzaghi,
las palabras voltio, voltímetro, voltámetro, pronunciadas
o escritas diariamente por millones de personas, inmortalizan
más a este hombre de genio que el titulo de conde que
le fue conferido por el Emperador Napoleón.
Volta es conocido como el inventor de la pila eléctrica.
Fue un joven curioso e inteligente, a pesar de que durante sus
primeros años de vida no dijo ni una sola palabra ya
que no empezó a hablar fluidamente hasta los 8 años.
Su avidez de conocimientos le hicieron viajar a las mejores
universidades y conocer a los más prestigiosos científicos,
lo que junto a su metódico trabajo experimental le llevó
a inventar la pila. Su trabajo se basó en una observación
casual.
Napoleón lo hizo senador y posteriormente conde del Imperio
Francés. Después de la derrota de Napoleón,
los austriacos le permitieron a Volta regresar a su estado de
ciudadano italiano con todas las consideraciones inherentes.
Volta recibió un reconocimiento 54 años después
de su muerte cuando a la unidad de fuerza electromotriz se le
dio oficialmente el nombre de Volt.
En 1804, cuando se acercaba a los sesenta años de edad,
quiso renunciar a su puesto de profesor en la Universidad de
Padua, pero Napoleón, se negó a permitir que lo
hiciera el más famoso de los científicos italianos.
El emperador francés insistió en que Volta estuviera
relacionado con la universidad, recibiendo su sueldo completo,
aun cuando sólo diera una clase al año. En 1819,
por fin pudo retirarse a su pueblo natal de Como, donde terminó
su vida feliz y productiva después de algunos años
paz y satisfacción.
Volta enseño durante veinticinco años en la Universidad
de Padua y además de la pila inventó el electróforo
y el electroscopio de condensación. Era un conversador
brillante y ameno, gran excursionista campestre y alpinista,
Volta murió en 1827.
Estudios
A la edad de 18 años, Volta realizaba experimentos eléctricos
y mantenía correspondencia con investigadores eléctricos
europeos bien conocidos.
En 1782 se hizo profesor de física de la Universidad
de Padua, donde se envolvió en una controversia con otro
conocido pionero eléctrico, Luigi Galvani, profesor de
anatomía en Bolonia. Los experimentos de Galvani con
ranas habían conducido a éste a creer que la corriente
eléctrica era electricidad animal causada por los mismos
organismos. Volta, por otra parte, sostenía que la corriente
eléctrica era electricidad metálica, cuya fuente
eran las sondas de diferentes metales insertadas en las piernas
de la rana.
Ambos tenían razón, hay una electricidad animal
y Galvani alcanzó la fama como fundador de la Fisiología
nerviosa. El gran invento de Volta, sin embargo, revolucionó
el uso de la electricidad y dio al mundo uno de sus mayores
beneficios, la corriente eléctrica.
En su opinión, existía una diferencia eléctrica
entre dos metales (hierro y latón) y la rana únicamente
actuaba como sensor del paso de la corriente.
La metodología empleada para corroborar las afirmaciones
de Volta no era sencilla.
En aquella época no existían equipos para medir
corrientes eléctricas tan bajas como las que obtenía
el físico italiano, por lo que para sus experimentos
debía utilizar su lengua. En función del calambre
que notaba podía sacar conclusiones que finalmente le
llevaron a elegir el zinc y el cobre como materiales a utilizar.
Debido a que el uso de una sola placa de zinc y otra de cobre
proporcionaban un voltaje demasiado bajo para poder medirlo,
construyó un sistema que le permitía colocar una
serie de discos de zinc y cobre apilados (de ahí el nombre
de pila) de forma alternada, separados entre ellos por cartón
empapado en salmuera. Uniendo los extremos con un cable metálico
se producía una corriente eléctrica regular y
continua, con un voltaje suma de los diferentes pares zinc-cobre.
Volta informó de su sistema (que llamó órgano
eléctrico artificial) a la Royal Society de Londres en
1800, hace exactamente 201 años.
Empezó a experimentar con distintos metales, poniéndolos
en contacto, y no tardó en convencerse de que estaba
en lo cierto. En 1800, Volta construyó una serie de dispositivos
capaces de producir electricidad que salía continuamente
al exterior a medida que se producía. Esto creaba una
corriente eléctrica, que resultó mucho mas útil
que una carga de electricidad estática, esto es, que
no fluyera.
Al principio, Volta usó recipientes de solución
salina para producir esa corriente. Los recipientes estaban
conectados mediante arcos metálicos sumergidos en ellos.
Uno de los extremos del arco era de cobre, y el otro, de estaño
o de cinc.
Luego, Volta recurrió a materias más compactas,
menos acuosas, y utilizó pequeñas placas redondas
de cobre y cinc, además de discos de cartón humedecidos
en solución salina. De abajo arriba, los discos eran
de cobre, cinc, cartón, cobre, cinc, cartón, y
así sucesivamente. Si al extremo inferior de esta batería
se le conectaba un alambre, se establecería una corriente
eléctrica cuando se cerrara el circuito.